lunes, 31 de agosto de 2015

Las verdaderas riqueza y plenitud.

¿Quién, en su sana aspiración de disfrutar de la vida, no desea tener riqueza, abundancia y sentirse plenamente satisfecho? La vida es, en muchos sentidos, puro potencial o posibilidad, y como somos seres sensibles (conscientes y sintientes), deseamos de forma espontánea tener una existencia feliz y carente de sensaciones desagradables y de necesidades insatisfechas. Es una aspiración muy natural y sana en todo ser humano normal, sin duda y, como tal, no tiene nada de malo.

Lo que puede que no esté ya tan claro es en qué consisten las verdaderas riqueza y plenitud en la vida.

En nuestras sociedades mercantiles, la riqueza y la abundancia se conciben ante todo como la posesión de un gran número de bienes de uso y consumo, o bien de dinero, que puede darnos acceso a cualquiera de aquellos. Y eso, de nuevo, no es nada malo. Es mejor ser muy rico en dinero y bienes de uso y consumo que ser muy pobre en cualquiera de ellos, obviamente, ya que esto último nos pondría en una situación en que a duras penas tendríamos cubiertas nuestras necesidades más básicas. Y sin las necesidades básicas bien cubiertas, me temo que es imposible ser feliz y disfrutar de la existencia; es más, en los casos más extremos, sencillamente es imposible seguir vivo.

Pero... ¿Realmente el poseer muchos bienes de ese tipo proporciona de por sí una existencia percibida o vivida como rica (o enriquecedora) y satisfactoria?


¿Seres sintientes o seres pensantes?

Cada vez estoy más convencido de que la clave para entender qué es la Atención Plena y para desarrollarla en la vida cotidiana de cada uno ...